Cómo empezó todo

Es tan difícil definir lo indefinible, que pensé que la divagante vida del beduíno era la que mejor podía representar ESTO: un sencillo cúmulo de reflexiones, de malas caricaturas, de diferentes estados y confusos sentimientos que forman parte de mi desierto interior.

martes, 3 de mayo de 2011

EL SABER DISFRUTAR DE LOS SENTIDOS


La capacidad de asombro es algo realmente importante, hoy, se podría decir que es un don que sólo conservan unos pocos. Digo que “conservan” porque es algo con lo que nacemos y que se hace especialmente manifiesto en nuestra infancia, el preguntarnos por qué es imprescindible y, sin embargo, al irnos acostumbrando al mundo en que vivimos parece que nos mimetizamos de tal forma con él que apenas nada nos sorprende. Esa es la causa, la costumbre. Es lo que nos hace no razonar muchas de las cosas que nos rodean. Es lo que nos hace caer en una vida mental sedentaria porque, una cosa es aprender pero otra es pararte a razonar lo que estas aprendiendo; sin embargo, es verdad que pensar requiere tiempo y, el tiempo, es un bien escaso. Por lo tanto, cúal es la importancia de la razón o, mejor dicho la capacidad de razocinio? ¿Mucha? ¿Poca?, Los antiguos decían que mucha, sin embargo, yo digo que no todo lo alberga la razón, o si pero no, me explico: Para Parménides los sentidos eran engañosos y se dejaba guiar por su razón, sin embargo, los sentidos ofrecen sensaciones maravillosas ¿Son engañosas esas sensaciones? Puede, pero yo creo que el pararte a pensar y disfrutar de esos pequeños placeres que corresponden a una fracción de segundo es fruto de la razón y, por ello, si reconoces las siguientes sensaciones puede que no estés perdido, solamente inconsciente:

OLFATO: el olor a hierba recién cortada, el olor a bizcocho, el olor que desprende la tierra al llover después del seco verano, el olor a manzana, el olor a pan, el olor a café recién hecho…

OÍDO: oír el mar, el cantar de los árboles en un día de otoño, el piar de los pájaros en una mañana de primavera….

TACTO: tocar la seda, el algodón, el pelo suave de la persona a la que quieres…

GUSTO: el sabor… la dulzura de un helado de fresa, la acidez de un helado de limón, o mejor todavía, la ambigüedad de un helado de fresa y limón.

¡Despierta! ¿Crees realmente que te engañan tus sentidos? Puede, es cierto que las apariencias engañan pero…de errores también se vive.