Soy un lata de melocotones, fui el sueño de mamá y en almíbar me perdí.
Entre fruta y dulce me crié y la vida se me hizo demasiado dura; fuera de mi lata casi todo era amargo.
Quería cruzar la frontera pero, la frialdad del hierro me asustaba al igual que esos ecos metálicos que escuchaba.
Extraños, voces extrañas, ruido y más ruido fuera de mi melancolía.
y, al final, por temor, en sueños perecía.
Silencio.