Trenes, vías, autobuses, pistas, autopistas, carreteras, asfalto y más asfalto.
Todo negritud, huelo a humo, hay carbón en el horizonte.
La gravedad se despide, la cabeza me estalla y mis sesos se espolvorean a lo largo de este fatigante viaje.
Aureolas me rodean, me elevo por encima de esa hierba espigada, abducida por la nave espacial, si, esa, la que es como de papel de albal.
El viento sopla, nada queda atrás, ni siquiera polvo, únicamente: Silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario